"'Los' aguadores 'llevan' el agua donde 'quieren', 'los' arqueros 'pueden' disponer de la flecha, 'los' carpinteros 'igualan' un trozo de madera. 'Las' gentes sabias 'se' hacen a 'sí mismas'. No 'dudan' entre la injuria y el elogio. Al oír la ley (la Verdad, el Tao...) 'se' vuelven serenas, como un lago profundo, calmo y tranquilo."
(Buda)