Por 'Dios' que lo juro y lo perjuro. Ella es mi hermana, la otra, la que tiene su vida propia... y, sin embargo, caminamos juntas, usamos el mismo calzado y no podemos separarnos. Nos necesitamos. No podríamos vivir la una sin la otra. No.
De verdad. Ella me sustenta, yo la sustento. Sin nuestra unidad, andamos cojas, imposibles, no somos nada.
Cuando el Universo ideó su trama evolutiva con el fin de alcanzar un ser consciente, consciencia, pensó que esto solo era posible creando un medium adecuado, un escenario adecuado, un vehículo propicio. Por ello, el cuerpo es mi vehículo, lo que necesito para ver, para aprender, para entender, para, en definitiva, acabar de ser consciente y despertar a las puras realidades del Cosmos, ese hogar, al que regresamos cuando la noche deja de ser tal y el día es lo que nos habita.
Ella y yo somos lo mismo, distintas, pero lo mismo. Ella es mi vehículo y yo soy su alma. Nos necesitamos, y, por ello, formamos una unidad, una bella unidad con la que nos movemos por un escenario de sueño.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Peter Zelewsky. culturainquieta.com)