A este extremo he llegado.
Soy una personal culta, bien educada, que ha seguido la línea trazada, los buenos consejos, las buenas enseñanzas, las buenas costumbres...
Y aquí me hallo, hecha un lío, tan vacía, en realidad, como al principio.
Me pregunto ¿Qué falló? ¿Dónde la pifié? ¿Dónde pisé fuera de lugar?
Y es que no, es que no. Por mucho que busco no encuentro el momento, la ocasión, el desliz, aquello que erró el rumbo y me acabó conduciendo a una selva.
Por fuera no lo parece. Por fuera soy una persona realizada, profesional, grata... Pero por dentro, ay, ay, ay..., ni te cuento.
Me miro al espejo y no me reconozco. Hablo y parece que sea otra la que hable. Casi me siento como una actriz dentro de este pellejo (bello pellejo, sí).
Si me vieras, no lo dirías, ni se te ocurriría pensar que, a estas alturas de la vida, que en esta posición, en teoría feliz del existir, cada vez me entiendo menos; ni se te ocurriría pensarlo.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Alessandro Vensi Hans. See Me FB)