No lo 'difundas'. No 'se lo digas a nadie'. No lo 'comentes', please; pero 'me siento' como dentro de algo, como viajando en una especie de nave, en un barco abandonado del que 'soy' el único conductor y el único pasajero y el mecánico también.
'Me muevo' por un mar tempestuoso, con un oleaje terrible. No hay horizonte a la vista, solo se intuye, solo se sabe que está ahí. La furia del mar golpea con inusitada fuerza, hiere, hace oscilar el barco casi hasta lo imposible antes del hundimiento.
'Me siento' así, navegando en una suerte de nave fantasma a la que sin embargo 'he' de llevar a buen puerto, en el horizonte. Lo clama de este modo 'mi' interior. 'Me' dice "No 'cejes', no 'cejes'. No 'cedas' al ímpetu del mar".
'Soy' como un nuevo Ulises que retorna a Ítaca. El viaje 'me' ha transformado. Los embates del mar 'me' han pulido a diario como a un canto rodado.
No 'sé', no 'sé' si 'llegaré' al final. 'Tengo' la nave en modo automático, y 'mi' corazón y 'mi' alma depositados en ese confín, en esa Ítaca que es 'mi' hogar.
'Estoy' retornando a 'mi' hogar.
'Me muevo' por un mar tempestuoso, con un oleaje terrible. No hay horizonte a la vista, solo se intuye, solo se sabe que está ahí. La furia del mar golpea con inusitada fuerza, hiere, hace oscilar el barco casi hasta lo imposible antes del hundimiento.
'Me siento' así, navegando en una suerte de nave fantasma a la que sin embargo 'he' de llevar a buen puerto, en el horizonte. Lo clama de este modo 'mi' interior. 'Me' dice "No 'cejes', no 'cejes'. No 'cedas' al ímpetu del mar".
'Soy' como un nuevo Ulises que retorna a Ítaca. El viaje 'me' ha transformado. Los embates del mar 'me' han pulido a diario como a un canto rodado.
No 'sé', no 'sé' si 'llegaré' al final. 'Tengo' la nave en modo automático, y 'mi' corazón y 'mi' alma depositados en ese confín, en esa Ítaca que es 'mi' hogar.
'Estoy' retornando a 'mi' hogar.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Roberto Pireddu. See Me FB)