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jueves, 17 de agosto de 2017

Despertar





GURDJIEF 'solía' decir que 'tú eres' una casa en la que nadie 'conoce' al dueño. En la casa 'vive' mucha gente, hay muchos invitados; pero como nadie 'sabe' quién es el dueño, todo el mundo 'piensa' que 'es' el dueño. Y quien 'sea' que en cada momento 'tome' el poder hace el papel de dueño.
Cuando la ira asume el poder, la ira se convierte en el anfitrión. Cuando el amor se vuelve poderoso, el amor es el anfitrión. Cuando los celos toman el poder, los celos se adueñan de la casa. Pero hay una lucha constante, porque hay muchos invitados y todos quieren ser el anfitrión, el dueño de la casa. Y el dueño, o se ha ido de viaje y no ha regresado, o está durmiendo.
'Tu' ser está profundamente dormido. De ahí la insistencia de todos los Cristos, los Krishnas y los Budas: «¡'Despierta'!». Jesús 'usa' constantemente la palabra «'despierta'»: «'Despierta, observa, estate' atento». Buda 'repite' constantemente: «'Hazte' más consciente».
Ambas cosas significan lo mismo: que si 'te vuelves' consciente, el dueño aparece. Y en el “momento” en que el dueño aparece, los invitados desaparecen. En el momento en que llega el amo, los sirvientes se ponen en fila y reconocen su servidumbre. No pretenden ser lo que no son. Así que la verdadera cuestión no es luchar contra la ira, los celos o el odio. La verdadera cuestión es traer al dueño, despertarle.



(OSHO - El libro de la Nada)
(Fuente texto e imagen: El Sendero del Zen FB 17)