Abandonar el ego
"'Deshacerse' del ego es muy doloroso porque 'nos han' enseñado a cultivarlo. 'Pensamos' que el ego (o personalidad) es 'nuestro' único tesoro. Lo 'protegemos', lo 'decoramos', lo 'perfeccionamos', y cuando el amor (divino) llama a 'nuestra' puerta, lo único que 'se' necesita para 'enamorarse' (de eso divino) es dejar a un lado el ego, sin duda algo muy doloroso. Le 'has' dedicado toda la vida, es lo único que 'has' creado, ese ego tan feo, esa idea de "'Yo soy' algo distinto de la existencia".
"'Deshacerse' del ego es muy doloroso porque 'nos han' enseñado a cultivarlo. 'Pensamos' que el ego (o personalidad) es 'nuestro' único tesoro. Lo 'protegemos', lo 'decoramos', lo 'perfeccionamos', y cuando el amor (divino) llama a 'nuestra' puerta, lo único que 'se' necesita para 'enamorarse' (de eso divino) es dejar a un lado el ego, sin duda algo muy doloroso. Le 'has' dedicado toda la vida, es lo único que 'has' creado, ese ego tan feo, esa idea de "'Yo soy' algo distinto de la existencia".
Esta idea es fea porque es falsa. Esta idea es ilusoria, pero 'nuestra' sociedad está basada, en la idea de que cada persona 'es' una persona (una identidad diferente), no una presencia.
La verdad es que en el mundo no hay ninguna persona, sino solo presencia. 'Tú' no 'existes', no como ego, como algo distinto del todo. 'Formas' parte del todo. El todo 'te' penetra, el todo respira en 'ti', palpita en 'ti', el todo es 'tu' vida."
(Osho, El libro del ego)