Donde 'tu' mente termina, comienza lo que 'eres' auténticamente.
Parece que con estas palabras, 'debes' dejar algo, abandonar algo que 'consideras' esencial, pero no ocurre así, no 'abandonas', de hecho, nada, sino que 'sumas'; la mente permanecerá ahí, pero subordinada, obediente, graciosa, no dueña y señora, no salvaje, no manipuladora, y 'tu serás' señor de 'ti mismo', capitán de 'tu' alma ; ahora sí, verdaderamente. Sin dejar nada, sin abandonar nada.
(AABB)