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viernes, 13 de enero de 2017

Lo que la vida me enseña





"Lo que la vida me enseña es a mirar hacia afuera, a buscar fuera, a pretender fuera. Me dice: "Todo está aquí" o "Este es el juego... No hay nada más".

A esto me enseña la vida, a que mire hacia fuera, a que me llene con lo exterior, a que me identifique con lo más superficial de mí, con este cuerpo, con lo que se proyecta hacia lo externo, con tal imagen. A esto me invita la vida, a que actúe de esta manera, a que defienda lo mío, lo propio, mi modo de ver, mis cosas, mis palabras, mi criterio...

Miro por la ventana. Hay cien mil otros, millones, haciendo lo mismo, siguiendo la misma consigna, como si no hubiera nada más, ninguna otra opción.

La vida te dice: "Así eres libre. Esto es la libertad". Y se sonríe como lo haría la mejor de tus amigas, y te besa en la cara, y te da palmadas en el hombro, y te proporciona medios, salud, bienestar, cosas, distracciones para que sigas así, para que no dejes de seguir así, dentro de la norma.

Al final, acabas convencida de que esa vida es realmente tu amiga, tu mejor compañera, y por ello te apoyas en ella, haces de ella tu soporte, tu base, tu equilibrio... Mas un día, un raro día, te apercibes de lo vacía que te sientes, de lo mal que te encuentras, de lo pobre que es, en realidad, tu existencia, aún en medio de toda esa aparente abundancia y colmación en el juego establecido.

¿Realmente eras mi amiga?, le preguntas a esa vida cuando ya estás indefectiblemente atrapada en ella a causa de la granada edad, ¿o, más bien, un tapón de corcho en la salida de la botella en la que me encontraba al nacer?"


(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Lynn Hershman Leeson)