"No me lo dijiste, machote. Ni tan siquiera me lo insinuaste. Me dejaste aquí, solo y tendido, como un elemento desmemoriado, como un ordenador sin disco duro en su interior.
¡Hala! ¡Apáñate!, pareciste murmurar con tu silencio.
Me dijeron que juntos es más fácil. ¿Pero qué se consigue juntos? ¿buen rollo, tilín tilín...?, pero crecimiento, crecimiento..., éste en el campo de batalla, fuera de las facilidades y la superficialidad. ¿Crecimiento, real crecimiento...?, en la ausencia, en el desalojo, en la carencia, en la enfermedad...
Qué apañado eres, macho (o hembra, todavía no estoy seguro de tu sexo, Dios divino o Diosa divina o Elemento sin sexo ni necesidad de tenerlo porque eres Pura y Total Unidad, sin diferencias).
Me hiciste una jugada al traerme aquí, a este mundo, o, simplemente, todo esto forma parte del carro o rueda de la causa efecto, de la propia inercia de los hechos, de su impulso, como el Big Bang, como todos los Bigbanes habidos y por haber.
"Crecer en consciencia", me susurrabas mientras dormía, "Crecer en consciencia", y un servidor iba aprendiendo a base de prueba y error, de prueba y error; así me iba acercando a ti, que eres, en definitiva, mi verdadera casa, mi verdadero centro, mi verdadero lugar en el mundo y fuera de él."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Casa Vegetariana FB)