"Sufro tus embates, los invisibles y los otros, los que dan en la dura piel y en el corazón.
Quizá ya me acostumbré a tener el corazón en carne viva, latiendo como un loco, como un sano loco no obstante, como un ser vivo que clama de forma continua por la verdad y la libertad.
Quizá ya me acostumbré a mirar a la vida de cara, sin velos, sin filtros, sin nada. Y por eso, sí, por eso, se me hace dificultoso seguir corrientes, senderos ya hechos, formas de pensar establecidas. El corazón no me cabe ya en tales formas de pensar establecidas, en tales límites prefijados. El mío es un corazón salvaje que precisa, como el liquen, de aire puro, sin contaminar, y de agua pura de montaña, de esa que canta y salta y brilla ante el sol radiante de las alturas.
No. No. No, no me busquéis en lo común, en lo pactado, en lo aceptado, en lo encapsulado, en lo prescrito, porque no estaré allí. Estaré más bien donde la golondrina vuela libre y donde se encuentran las razones, las respuestas, los sentidos."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: MartinePetra.see.me/exposure2015 See Me FB)