"Oh, sorpresa, no me lo habían contado así. Solo me habían dejado ver este lado de la pantalla, este lado en el que prácticamente nadie se hace preguntas, en el que la mayoría repite esquemas, acepta consignas, sigue pautas prescritas.
Tan solo me habían dejado ver esto hasta ahora en la vida. Además, en la escuela, dale que dale; en casa, dale que dale; en la tele, en el cine y en la calle, dale que dale. Así que, como uno es un buen chico, a aceptar todo eso. Pero como también en el fondo no soy tan bueno como piensan y mi espíritu sigue siendo el de un niño rebelde, un día me colé junto a la pantalla de cine sobre la que se proyecta la película diaria, esa tan aceptada y que conserva a los seres como en una especie de estado letárgico (pero no se lo digáis, que sigan así, podrían enfadarse). Sí, un día me colé junto a la pantalla y la levanté por debajo; no pesaba tanto como parecía. Y ¡oh rediós lo que vi! Tras la pantalla, sí, tras la pantalla estaba la verdadera realidad.
¿Qué qué hice?... Pues mira, como tonto, pasé al otro y empecé a vivir de verdad."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: lacosechadealmas.blogspot.com)