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sábado, 30 de abril de 2016

Una velada de domingo





"Es el consenso lo que nos mueve. Nos reunimos porque somos parejos, porque mi voz y tu voz resuenan en una misma onda o parecida de comprensión o frecuencia.

Distintos grupos o microgrupos, diferentes longitudes de onda, distinto pulso, diferentes querencias. Buscamos lo propio y lo hacemos en los otros, en los que se nos asemejan, para así no sentirnos tan solos y desasidos en esta Tierra.

Extraña jugada la de estar aquí, en este planeta, en su juego, y sin un libro de instrucciones para descifrarlo, y sin un fin claro tampoco a la vista. Todo queda a descubrir por el individuo. El ser humano solo en medio de un sinfín de congéneres y de animales y de plantas y de paisajes y de coyunturas que lo circundan; el ser humano solo en medio de un batiburrillo de locura cultural heredada. Y todo ello para desvelar, al cabo, en esta especie de juego secreto, cierta clave escondida, algún motivo oculto, algo, lo que sea, que nos saque la cabeza del agua para respirar un poco de aire.

Inconscientemente nos reunimos, en el bar, en la calle, en una terraza, en un mirador o en un simple encuentro familiar o amistoso de domingo. ¿Y todo...? ¿Todo esto para qué? Veladamente, subliminalmente, les decimos a los contertulios de sobremesa o de velada o de encuentro casual en la calle: "¿Encontraste el libro de instrucciones? ¿Lo tienes?..." Y andamos ocultamente desesperados en el día a día lanzando inconsciente y secretamente tal tipo de mensajes, cuando miramos a otros ojos, cuando mantenemos la mirada, cuando incluso los ojos, propios o ajenos, se velan por una ligerísima patina de emoción lacrimal.



(Braddha Bala)
(Fuente imagen: leitaoj.see.me See Me FB)