"No me entero. Ignoro por qué.
Marcho por la vida como prácticamente todos, mirando aquí y allá, haciendo y deshaciendo, pulsando teclas similares, respirando el mismo aire o parecido.
Sí, actúo de forma similar a mis congéneres. Me muevo según las pautas del calendario. Cuando toca vacaciones, toca vacaciones; cuando toca salir, salgo; cuando toca reírse de un chiste, me río.
No sé, no sé por qué no me entero demasiado, por qué parezco permanecer con el bolso vacío a todas horas, con un hueco por dentro que me acompaña de continuo, que no cesa de estar ahí.
¿Sabéis lo que hago cuando soy más consciente de esto, de esta especie de vacío o desequilibrio personal?, pues voy directa a una pastelería y me compro un pastelillo, el que se me antoja más rico; comiéndomelo con el afán de una niña, se me van las preocupaciones, las molestas moscas que semejan rondarme con obstinación.
No. No me entero. No sé que es lo que debo tener en la cabeza, ¿un tapón, una escafandra, una pecera, una burbuja de policarbonato...? No sé, creo que tengo algo que me impide ver y sentir más allá de lo inmediato y superficial, de lo más somero de mí misma.
No sé, no me entero."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Beata Rydén. See Me FB)