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"Imagina un muro, una pared enorme. Te rodea. Te giras y está ahí. Miras a un lado y se halla presente, y miras hacia el otro y también.
Te han dicho que esa es la realidad, lo que hay pintado en ese muro, todo ese graffiti.
Ahí vives, un día y otro. Ahí juzgas. Ahí razonas. Has establecido leyes para la perfecta vida en ese espacio. Has creado instituciones, fuerzas de defensa, incluso cárceles en algún rincón para sujetar a los rebeldes, a los que no se atienen a las normas.
Tus congéneres también se han adaptado a esos graffitis, a esos modos, a esa "normalidad".
Dentro de esos muros discurre lo que consideras que es la vida, y, como crees en esa vida, en ese estilo, lo preservas con tus votos y con tu mente.
Es difícil describirte algo distinto a lo que consideras que es "la realidad". Es difícil sacarte de esa "cárcel", de esa prisión de la que no eres consciente. Morderías, matarías por defender ese espacio en el que te han educado.
Ahora imagina otra cosa. Imagina que los muros caen y que descubres, de súbito, que estabas viviendo una ficción, que era una total ficción. Te sientes desnudo ante la nueva realidad, sin defensas ante ella, incluso coges una piedra del suelo para intentar atacarla, para defender la "mentira confortable" en la que te movías.
Imagina todo esto, y ahora, haz lo que quieras."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: fitocarreto.blogspot.com)