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"No construyas para un exterior; no eres eso.
No te bases en lo que ves en el espejo; engaña.
No te martirices con el cuerpo, por la forma que va tomando; es solo un vehículo que te lleva.
A veces, muchas, esta sociedad te bombardea: eres esto o esto o esto, o esto significa ser una mujer, o esto es lo ideal, o este es el color de pelo que se lleva, o este el alargador de pestañas...
La vida, por norma, es una gran impostora. No la vida en sí, sino el montaje en el que caes ya desde que naces.
Te otorgan un nombre, una identidad acorde con el sexo que te ha tocado en suerte. Luego la educación y las hormonas harán el resto y pasarás por la existencia dentro de un cauce, como un tren por sus raíles, siguiendo el patrón establecido -por lo visto- por los mismos dioses y por los que trafican con tal misterio, por los que les interesa que sigas así, mirándote al espejo y diciéndote que eres fea en el fondo y que necesitas algún tipo de retoque, para la piel, para la cara, para las carnes.
Amiga, no eres eso que ves. Nunca lo has sido realmente. Eres algo más, algo bellísimo e inmarchitable que vive dentro o que duerme dentro, a la espera de que lo descubras.
Que gran tesoro, mujer, tras esos ojos, tras esa personalidad de cartón piedra con la que, para bien o para mal, te identificas."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: abc.es)