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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Abrazando a un amigo

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Amigos que seguís "Sano, sano, requetesano", gracias por estar ahí y por no conformaros con lo que la simple y aparente realidad promueve tal que un manto con pocas opciones aparte de seguir lo más común y establecido (que esto sí que es promovido y aceptado).

El mundo lo hacemos a cada paso, porque cada uno, en su individualidad, es mundo, y al cambiar o al crecer o al evolucionar en lo propio, el mundo va cambiando, creciendo y evolucionando a la vez.

En el modo de ver más afirmado actualmente, basado sistemáticamente en el ego, el dinero y la mente, poco se puede hacer, ya que es un coto cerrado que, prácticamente, no conduce a ninguna parte. Pueden buscar soluciones al mundo (las personas, los gobiernos), a las crisis, a la pobreza local y mundial, a la infelicidad humana... Pero mientras esta sociedad siga basándose en esa especie de trípode (ego-dinero-mente) tan aceptado socialmente eso sí, tan enrutado ya desde las escuelas, poco se puede hacer para un cambio efectivo hacia mejor.

No se entiende para nada que el ego, con su rotundidad y afianzamiento en esta sociedad es, a la vez, la causa de sus problemas y de su infelicidad. 
Amigo, amiga, podrás tener riquezas, triunfar en la vida tal y como está establecida, pero, a lo último, llamarás a mi puerta como un mendigo para decirme que, en el fondo, no eres feliz, que eres poco más que un pordiosero en busca de un gramo de felicidad.

Cuesta entender, cuesta ser algo distinto a lo que (en el adoctrinamiento general) te han dado. Eres Pepito Tal, o Amapola Cual, pero prácticamente nadie ha perdido el tiempo en decirte que la vida no va por ahí, que el satisfacer a un yo o una identidad, que el vivir para su sustentamiento no aporta, a fin de cuentas, un verdadero contenido, una verdadera paz y felicidad.

Ya veis, distintos países, distintos egos gigantes (proyecciones de las mismas personas) compitiendo entre ellos, haciéndose un lugar en el mundo, fabricando armamento y fronteras para defenderse del otro, de los otros (que son, de un modo u otro, potenciales enemigos).

En el mundo hay casi siete mil millones de yoes humanos aislados, independientes, dentro de unos doscientos países también aislados e independientes, a los que les costará entender que el problema del ser humano es descubrir que, en realidad  [y es un secreto, amigos], el fin de las personas es descubrir su identidad divina y realizarla (en esta vida), una que no está limitada por las falsas y mínimas paredes de un ego, una que en verdad hace libre y aporta sincera paz y bienestar.

De nuevo, gracias a todos los que invisiblemente estáis ahí, a todos los que entendéis que en el fondo sois algo más que una mera identidad pautada, que un rostro, que un simple nombre y número en un documento.

En la India (como se ha sugerido) se dice que el destino y sentido últimos del ser humano es descubrir su identidad divina y realizarla en esta Tierra. Cómo cambian las cosas cuando uno la descubre, la vive, la realiza; entonces, ya no hay fronteras, distancias, enemigos, lugares mejores o peores, sino mero presente pleno de hogar, pleno de simple felicidad en todas partes.

Un abrazo, amigos.

(AABB)
(Fuente imagen: Open Your Mind FB)