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lunes, 7 de octubre de 2013

Presa del miedo

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"Estoy siempre sentado en una silla, esperando que la realización venga a , venga a .
Ignoro que estoy errado, que así nunca conseguiré nada, que nunca romperé la cáscara que me rodea, mi ceguera, mi cerrazón.
Ignoro esto pero, no obstante, acudo cada día al templo como otros compañeros. Ahí pido la realización, la iluminación, la salvación.

Ignoro que soy un lerdo, un ser bastante cretino, porque a pesar de que los grandes maestros enseñaron claramente el camino, me empeño y me empeño en no andar por él y en pedirles, sin embargo, a esos grandes maestros un poquito de iluminación, un poquito de ayuda. "Venga, porfa..." les digo en silencio y con cara de pena; quizá así me hagan caso, quizá así se muestren más amables y otorgadores. 

Cumplo con los rituales, llevo perfectamente el hábito monacal y vigilo para que el buen orden y la limpieza sean también lo que predomine en el interior del templo.
Ignoro, sí, ignoro, que los dioses y la vida y también los grandes maestros, están cantando allá fuera, sin templo, en el pleno aire, en la plena luz, en lo natural, sin hábitos, sin rituales, sin caras serias o falsamente risueñas, mostrándose libres, como se ha de ser.

Os cuento un secreto. , en el fondo del alma, que estoy equivocado, pero el miedo me puede, una vez y otra, y me siento más seguro y protegido dentro de un sistema de rutinas, junto a otra gente que hace lo mismo, que piensa lo mismo, que también es presa del miedo."



(Braddha Bala)
(Fuente imagen: haciasia.wordpress.com)