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miércoles, 2 de octubre de 2013

Dichos de Jesús de Nazaret - Selección de Ramiro Calle

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Solo hacer una mínima advertencia: las palabras de Jesús de Nazaret deben escucharse con mucha perspectiva y sabiendo que los textos de los Evangelios sobre Jesús fueron escritos mucho tiempo después de su muerte por recopiladores de unas historias que fueron pasando de boca en boca. Por todo esto, es necesario leer sus dichos con un corazón amplio y no quedarse en las meras palabras o frases a modo de compartimentos fijos y estancos. Jesús de Nazaret se estaba refiriendo a un experiencia divina y trataba de compartirla con la gente. Quizá fue un error, ya que la mayoría de personas no está preparada para que le hablen de cosas que están por encima de su simple nivel o experiencia cotidiana como humanos.
Esto también ocurre hoy día. Siempre ha sido así de hecho. Lo común es aceptado, aunque no tenga ni pies ni cabeza, y lo razonable y novedoso es rechazado por la mayoría, precisamente por ser razonable y novedoso.
En este mundo del revés, los buscadores quizá os sintáis un poco (o mucho) solos e incomprendidos, pero como ya se ha comentado en esta página web en otras ocasiones, aquí (en la vía del autodescubrimiento) no cuenta  para nada la cantidad, las masas que acepten o rechacen una cosa, sino la calidad del ser, del alma, de la conciencia.
En el fondo, la vida es una experiencia individual, de cada cuál.
Un abrazo fraterno.
(AABB)




La llegada del reino de los cielos no está sujeta a cálculo ni podrán decir: mira aquí o allí, porque, mirad, ¡dentro de vosotros está el reino de los cielos! 

Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se pone sosa, ¿con qué se salará? Ya no sirve más que para tirarla a la calle y que la pise la gente. 

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte, si se enciende un candil para meterlo debajo del perol, sino para ponerlo en el candelero y que alumbre a todos los de la casa. 

Cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán más caso. No seáis como ellos, que vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que se lo pidáis.

Pedid y se os dará, buscad y encontrareis, llamad y os abrirán, porque todo el que pide recibe, el que busca, encuentra y al que llama le abren.
  
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso, pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá!

No os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.

No deis lo sagrado a los perros ni le echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen, y además se vuelvan y os destrocen. 

¡Qué angosta es la puerta y qué estrecho el callejón que llevan a la vida! Y pocos dan con ellos. 

Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero este hombre (Jesús) no tiene donde reclinar la cabeza.
  
Sígueme y deja que los muertos entierren a los muertos. 

No necesitan médicos los sanos. Id mejor a aprender lo que significa "corazón quiero y no sacrificios"; porque no he venido a invitar a los justos, sino a los pecadores.

Mirad que yo os mando como ovejas entre lobos; por tanto sed cautos como serpientes e ingenuos como palomas. 

No hay nada cubierto que no deba descubrirse ni nada escondido que no deba saberse.

No tengáis miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.  El que conserve su vida, la perderá, y el que pierde su vida por mí, la conservará. 

El que no está conmigo, está contra , y el que no recoge conmigo, desparrama

Lo que rebosa el corazón lo habla la boca: el que es bueno saca cosas buenas de su almacén de bondad; el que es malo saca cosas malas de su almacén de maldad.

Al que produce se le dará hasta que le sobre, y al que no produce se le quitará hasta lo que tiene.
  
Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.
  
Son ciegos y guías de ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán al hoyo.

Porque si uno quiere salvar su vida, la perderá; en cambio el que pierde su vida por , la conservará. A ver ¿de qué le sirve a uno ganar el mundo entero si malogra su vida?

Sí, os lo aseguro, si el grano de trigo cae en la tierra y no muere, queda infecundo; en cambio, si muere, da fruto abundante.Quien tiene apego a la propia existencia, la pierde; quien desprecia la propia existencia en el mundo, éste la conserva para una vida sin término.



(Fuente: Ramiro A. Calle FB)