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"¿Qué 'rescatarías' en un naufragio? ¿Cuál sería la prioridad? ¿Qué 'escogerías' si solo 'pudieras' 'decidirte' por dos cosas, nada más, absolutamente nada más?
¿Qué rescatar? ¿'Te' 'devanas' los sesos? ¿'Se' 'te' hace difícil responder? Venga, que el tiempo corre y el barco se hunde y solo 'puedes' rescatar dos cosas, solo dos.
Una posiblemente 'serás' 'tu mismo', 'tu' propio pellejo, y lo otro, lo otro, probablemente algo de bien próximo. No la chaqueta del vecino ni 'sus' calzones sino seguramente los propios.
¿Qué 'rescatarías' en un naufragio en primera o en última instancia?
No es tan difícil la respuesta. No, no lo es. Se 'te' ha educado para ello, para vivir girando en torno a un centro: al 'propio yo' y lo 'mío'; lo demás es secundario, queda en un plano inferior.
Alguien 'exclamó': "¡Esto es la ley de la selva!", antes de ser cazado y devorado por un león.
Cuando el juego se circunscribe meramente a eso, a la defensa de lo propio, de lo 'mío' y millones y millones de seres 'están' haciendo a la vez lo mismo, defender lo propio, lo 'mío', solo es posible una alternativa: pura ley de la selva, camuflada eso sí, exquisitamente, para que no lo parezca."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: esteticasdeladispersion.blogspot.com)