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miércoles, 26 de junio de 2013

Todo no vale - Ramiro Calle

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En el ámbito de lo espiritual es donde menos debería aceptarse aquello de "todo vale".  Si uno 'busca' un odontólogo que 'le' 'ofrezca' garantías, un médico de cualquier especialidad que 'le' 'reporte' fiabilidad, ¿cómo en el ámbito espiritual no 'abrimos' bien los ojos, 'discernimos' y 'ponemos' a prueba a la persona que 'nos' va a trasladar 'sus' conocimientos o experiencias?
No, todo no vale. Lo que importa es lo que importa y hay que aprender a distinguir entre la joyería y la burda bisutería, lo verdaderamente espiritual y lo pseudoespiritual, el auténtico esoterismo y el ocultismo degradado. Todo no debería valer. Pero en el supermercado espiritual, en el circo del más degenerado ocultismo, en el escenario de las más falaces pseudoterapias, se ha dado cabida a toda clase de mercenarios de lo emocional y de lo espiritual que no 'reparan' en nada por conseguir 'sus' fines, que la mayoría de las veces están bien claros: dinero y exaltación del 'ego'. Hay que saber, por tanto, evaluar, seleccionar, recurrir a personas y métodos solventes.    
El yoga en absoluto se ha visto libre de este fenómeno de degeneración y falsificación. Y encima hay aquellos que 'se' 'refieren' al yoga auténtico -que hay que velar por él y recuperar- somo si fuera algo anticuado, que es lo mismo que decir que el juego del Ajedrez lo es y hay que modificarlo. Está en la mentalidad humana desnaturalizar, falsear, corromper y, desde luego, interesarse más por lo banal que por lo esencial. Han surgido todo tipo de pseudoyogas, y algunos se presentan como beneficiosos y resulta que tienen muchos más inconvenientes que beneficios.
Las corrientes pseudoyóguicas no hacen otra cosa que perjudicar tanto la salud física como la mental y nada tienen que ver con el genuino yoga y su profundo y amplio alcance. 
Lo que se ha hecho muchas veces, para mejor venderlo y mejor lucrarse el que 'está' detrás de ello, es mostrarlo como un simple adiestramiento del cuerpo, sustrayéndole su verdadero sentido. Según el  estándar de belleza actual, la gente 'quiere' tener un cuerpo esbelto, aunque por dentro sea una calamidad y aunque la mente sea un contenedor de pensamientos negativos, egoísmo y tendencias insanas. Se venden hoy en día tipos de "yoga" que nada tienen que ver con el yoga real y muchos practicantes 'se' 'olvidan' por completo del pranayama y la meditación, u otros métodos, 'centrándose' obsesiva y compulsivamente en los asanas (posturas), sin realizar el verdadero trabajo consciente sobre el cuerpo que exige el hatha-yoga. La tragedia del yoga es que lo 'hayan' convertido en un yoga atlético o deportivo, en un culto al cuerpo, dando paso a la estampa del campeón, el narcisismo y el reforzamiento del 'ego'. Ha nacido un nuevo síndrome que denomino el "sindrome de la tarima", el de aquellos que solo por dar clases, 'se' 'muestran' engolados, arrogantes y neuróticamente narcisistas. Para utilizar el yoga solo atléticamente es mucho mejor, no se dude, entrenarse en cualquier deporte o actividad gimnástica.
Otra tragedia para el yoga ha sido que determinados mentores indios, deslumbrados por la demanda occidental, hayan hecho concesiones inexcusables falseando la verdadera enseñanza. Ellos 'han' 'sido' los más grandes traidores a su causa. Y una tercera tragedia es su paso por Norteamérica, donde no pocos mentores, ávidos de notoriedad y dólares, 'han' deformado y adulterado el yoga a 'su' antojo, con tal de satisfacer 'sus' propios intereses. 
'Me' 'escribe' Alvaro Enterría (editor, escritor, que 'vive' desde hace más de tres décadas en Benarés) y 'me' dice:"Una labor muy necesaria es la de desenmascarar todos los neoyogas, neovedantas y neotantras, que desfiguran las auténticas tradiciones. 
Es el aspirante el que 'debe' hacer el esfuerzo para 'ponerse' a la altura de las enseñanzas, no éstas las que deben bajar al nivel de los aspirantes. Es una pena que una tradición que tiene por fin acabar con la identificación de la persona con 'su' cuerpo y 'su' mente, se convierta en un culto al cuerpo como 'dices', y una técnica para mejorar la mente para poder funcionar mejor en los negocios y el samsara (lo fenoménico). Hay una demanda espiritual sin esfuerzo, y de disfrute, y así que se 'les' da eso. Muy poca gente dispuesta a hacer el sacrificio que una auténtica vía espiritual conlleva. Hoy en día todo vale, hay una enorme confusión".     
Por 'su' parte, Agustín Pániker (editor, escritor, incansable viajero por Oriente) 'declara': "No 'puedo' estar más de acuerdo con Alvaro y contigo. El mundo de la espiritualidad 'está' lleno de aprovechados y caraduras. 'Yo' 'creo' que siempre lo ha estado, pero ahora, con el dinero que se mueve, se ha convertido en un verdadero bazar de los ladrones., Rebosante de charlatanes. En fin, es 'nuestra' época".     
'Hemos' recibido una preciosa herencia espiritual que 'debemos' respetar y cuidar. Es el resultado de las mentes más realizadas de la Humanidad, que 'nos' 'han' legado una sabiduría perenne que ha florecido en todas las épocas y latitudes, para que el ser humano 'pueda' llevar a cabo el trabajo interior y conseguir la evolución de la consciencia".


(Fuente: Ramiro A. Calle FB)