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sábado, 26 de noviembre de 2011

Su mirada

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"Estaba sentado al borde del camino, a la sombra de un escueto árbol que daba una rala protección ante el sol de ese día.
El maestro lo miró al pasar a su lado y sus miradas apenas se cruzaron en un saludo. El maestro sintió algo, una fuerza impropia que le detenía, que le decía que ahí había alguna cosa, algo de cierto poder.
Se detuvo. Se quedó como pensativo y retrocedió hacia atrás con cualquier escusa.
-¿Tienes hambre? -preguntó al viajero ahí sentado.
El hombre alzó de nuevo la vista y esbozó una leve sonrisa que apenas pudo entreverse a través de su barba sin cuidar; todo él como descuidado.
-No -dijo el hombre-. Sólo un poco de sed.
El maestro, a su frente, le ofreció del agua que llevaba en una botella de plástico, y adivinó a las claras que aquel ser no era común, y se sonrió para sí, fijándose vivamente en aquella líquida mirada que era como una puerta abierta y cristalina hacia poderosos escenarios.
-Se vive en una pequeña ermita... a un par de millas, hay un joven médico...
-¿Un médico?
-Sí... Puedes pasar por allí y quedarte un tiempo. Hay agua, alimento.
-¿Alimento?
-Sí... Alimento y gente valiente. -Y añadió-: Como vos."



(Braddha Bala)
(Foto: ojoqueveoidoqueoye.blogspot.com)