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"Comparó al ser humano con una inmensa pelota. El ser humano era el interior de la pelota, no la apariencia externa, no la suciedad que se acumulaba por fuera.
Muchos, dijo, se identifican con este exterior simplemente e ignoran todo el alcance de su ser, todas las posibilidades, todo lo que alberga en sí la pelota fuera de esa mínima superficie exterior.
También dijo que las pelotas pueden estar decoradas de mil maneras y que muchos, muchos, se identifican con la sola decoración, sin ver más allá, y así, pasan rodando por la vida.
Otros, dijo, consideran que el rodar es su sino y que el golpear aquí y allá es la base, el fundamento de la existencia. Ignoran que lo Real permanece dentro, siempre inalterable, ajeno a golpes e inquietudes.
Esto, dijo, lo saben muy pocos; mejor no lo 'compartas'."
(Braddha Bala)