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-¿El absurdo es lo único que tiene sentido? -preguntó la mujer al conferenciante que quedó un tanto perplejo por la pregunta.
-¿Lo absurdo es la realidad?
El hombre se sonrió y miró a la otra gente de la sala, como buscando apoyo o complicidad a la hora de responder.
-¿Por qué plantea esto, señora?... Quedó claro que el sentido se lo da cada uno a su modo a la vida, para construirla como mejor quiera y sepa.
-Sí, eso está bien... pero cuando se rasca un poco... en la realidad... Lo siento, pero me parece absurdo, un funcionar sin base alguna, completamente en el aire.
-¿Y qué quiere usted?
-No sé. Usted es un reputado experto en la materia. ¿Qué responde?
-No sé, señora, realmente... cada uno es libre de vivir y respirar como le plazca...
-Sí, pero...
-Señora... el absurdo es una definición para la vida poco acertada. Diga que la vida es una incógnita, un despliegue, un mar de reencuentros...
-Es un absurdo -respondió ella en tono tajante-. Un absurdo."
(Braddha Bala)