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martes, 30 de agosto de 2011

El camino hacia la Verdad

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"La Verdad es una experiencia, no una creencia. A la Verdad nunca se la encuentra estudiándola: a la Verdad hay que confrontarla, a la verdad hay que encararla. La persona que estudia el amor es lo mismo que la persona que estudia el Himalaya mirando los mapas de las montañas. ¡El mapa no es la montaña! Si 'te' obsesionas demasiado con el mapa, puede que la montaña esté justo enfrente de 'ti' y que no 'seas' capaz de verla.
Y así es en realidad. La montaña 'está' enfrente de 'ti'; pero 'tus' ojos están llenos de mapas... mapas de la misma montaña, mapas acerca de la misma montaña, trazados por distintos exploradores. Unos han escalado la montaña por la cara norte, otros por la cara este. Han trazado mapas diferentes: El Corán, la Biblia, el 'Gita'... Mapas diferentes de la misma verdad. Pero 'tú' estás demasiado lleno de mapas, demasiado cargado con su peso; no 'puedes' avanzar ni una sola pulgada. No 'puedes' ver la montaña que se eleva justo enfrente de 'ti'', no puedes' ver sus nevadas cimas virginales, su relucir dorado al sol de la mañana... No 'tienes' los ojos para verlo.
El ojo con prejuicios es ciego, el corazón lleno de conclusiones está muerto.
Demasiadas conclusiones a priori hacen que 'tu' inteligencia pierda su agudeza, su belleza, su intensidad. 'Tu' inteligencia se embota. Y a la inteligencia embotada se le llama intelecto.
La denominada 'intelligentsia' no es realmente inteligente, es tan sólo intelectual. El intelecto es un cadáver. 'Puedes' decorarlo. 'Puedes' adornarlo con maravillosas perlas, con diamantes, con esmeraldas; pero aun así, un cadáver es un cadáver."
(Osho)