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"Dejar esto. Dejar lo otro. Resulta difícil, bien complicado. ¿Qué es lo imprescindible?
A la luz de esta pregunta, aparecen en principio mil respuestas, dos mil razones, miriadas de nubes que llenan el cielo del cerebro.
Pero... ¿qué es lo verdaderamente importante, aquello que por ninguna razón hay que obviar? ¿Qué?
La duda del buscador comienza aquí. ¿Hacia dónde dirigir la mirilla del telescopio? ¿Cuál es la perspectiva correcta? Sólo hay una vida... y trillones de posibilidades.
Al final, como comentó una vez el maestro junto a la ermita, sólo existe una vía y no más, un camino muy definido para cada cual, imposible de ser recorrido por ningún otro ser. Es como si existiera un plan trazado por una mente cósmica desde mucho antes del Big Bang.
Con la distancia que ofrece el tiempo, los años de vida, 'uno' comprende, que nada, nada al fin y al cabo sucede por azar, que ni una sola hormiga que se cruza en el camino está ahí por azar. Nada.
El buscador suspira. A la postre entiende que la vida es un viaje hacia la simplicidad, hacia un blanco preciso, ineludible; todo lo demás, todo lo que había en la ruta, eran señales, cauces, hitos, embudos... que dirigían hacia una diana."
(Braddha Bala)