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(Existen dos clases de testigos, de seres en el camino de la iluminación)
"Si 'quieres' respetabilidad (en este mundo) 'tendrás' que ser un conformista (un ser de la primera clase); 'tendrás' que ser obediente con la sociedad y sus demandas. 'Tendrás' que vivir de acuerdo a los falsos valores, porque la sociedad está formada por gente profundamente dormida... Sus valores no pueden ser verdaderos.
Sí, una cosa es posible: 'puedes' convertirte en un "santo" (para que 'te' respeten. Esto sería un ser de la primera clase). Eso es lo que han hecho miles de personas a las que 'valoras', lo han sacrificado todo en el altar de la respetabilidad. Se han torturado, se han comportado de manera suicida, pero han ganado algo: se han convertido en "santos" (seres de la primera clase); la gente 'les' adora.
Si lo que 'quieres' es esa clase de adoración, respetabilidad, "santidad", entonces 'te' volverás más y más falso, más y más pseudo, más y más de plástico. Nunca 'serás' una rosa de verdad. Y esa es la mayor calamidad que le pueda suceder a un hombre: ser una rosa de plástico, no ser una rosa de verdad.
La segunda clase de testigo (de ser) 'es' totalmente diferente, justo su polo opuesto. No 'ansías' la atención de los otros; al contrario, 'empiezas' a 'prestarte' atención a 'ti' mismo. Te 'conviertes' en testigo de 'tu' propio ser. 'Empiezas' a observar 'tus' pensamientos, deseos, sueños, motivaciones, avaricias y envidias. 'Creas' una nueva clase de conciencia dentro de 'ti'. Te 'conviertes' en un centro, un centro silencioso que observa todo lo que sucede.
Aparece en 'ti' la ira, y la 'observas'. No 'estás' tan sólo enojado, sino que a dicho fenómeno le 'introduces' un nuevo elemento: lo 'estás' observando. Y el milagro es que si 'observas' la ira, ésta desaparece sin que sea reprimida.
La primera clase de "santo" (ser de la primera clase) 'tendrá' que reprimirla. 'Tendrá' que reprimir 'su' sexualidad, 'tendrá' que reprimir 'su' avaricia. Y cuanto más 'reprimes' algo, más profundo va en 'tu' subconsciente. Se vuelve parte de 'tus' cimientos y empieza a afectar 'tu' vida desde ahí. Es como una herida supurante; pero la 'has' tapado. Simplemente por taparla no 'recobras' la salud, la herida no se cura. En realidad, cubriéndola 'estás' haciendo que crezca más y más.
Tus "santos" (seres de la primera clase) apestan; apestan a toda clase de represiones.
La segunda clase de testigo (ser de la segunda clase) 'crea' un tipo de persona completamente diferente. 'Crea' el sabio. El sabio es aquel que 'sabe' quién es. No por medio de los demás. El sabio es aquel que 'vive' la vida de acuerdo a 'su' propia naturaleza, no de acuerdo a los valores de los demás. El sabio 'tiene' 'su' propia visión y el coraje de vivirla.
El sabio 'es' rebelde. El "santo" (ser de la primera clase) 'es' obediente, ortodoxo, convencional, tradicional, conformista. El sabio 'es' incorformista, no 'es' tradicional, no 'es' convencional, 'es' rebelde. La rebelión es el sabor mismo de 'su' ser. 'Él' no depende de los demás. 'Él' sabe qué es la libertad, y 'sabe' del júbilo de la libertad. Al "santo" (ser de la primera clase) 'le' seguirá una gran multitud. El sabio 'tendrá' sólo la poca gente escogida que sea capaz de 'entenderle'.
Al sabio no 'le' comprenderán las masas; el "santo" (ser de la primera clase) 'será' adorado. El sabio 'será' condenado por las masas, quizá incluso asesinado. Jesús 'es' crucificado y el papa 'es' adorado. Jesús 'es' sabio y el papa 'es' "santo" (ser de la primera clase).
El "santo" (ser de la primera clase) 'tiene' carácter y el sabio 'tiene' consciencia. Y entre estas dos cosas hay una tremenda diferencia. Son tan diferentes como el cielo y la tierra. El carácter se impone por algún motivo ulterior: ganar respetabilidad en este mundo y tener más y más placeres celestiales. La consciencia no tiene futuro, no tiene motivación, es un gozo por sí misma. No es un medio para algún fin. Es un fin en sí misma.
Estar con un "santo" (ser de la primera clase) es estar con un imitador. Estar con un sabio es estar con algo verdadero y auténtico. Estar con un "santo" (ser de la primera clase) es estar con un profesor, como mucho. Estar con un sabio es estar con un maestro. Estos son los dos testigos (clases de seres en el camino de la iluminación).
(Osho)