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lunes, 9 de mayo de 2011

La luz

 .
"Esta es la historia de un anciano en la antigua India que se estaba muriendo. Eran sus últimas horas sobre el lecho de enfermo y estaba rodeado por parientes y otros allegados. En la habitación habían varias velas encendidas para la buena iluminación de la misma. El hombre, un tanto avaro en los negocios, había conseguido amasar en la vida buen dinero, pero a pesar de ello ahí estaba, en el lecho de muerte, como todos los seres en su final en esta Tierra. En un momento determinado, se oyó la voz débil del anciano en el silencio de la habitación:
-La luz... -dijo trémulamente.
Todos le miraron.
-La luz -volvió a decir. Y repitió aún-: La luz.
Los congregados empezaron a murmurar entre ellos:
-Oh Señor, está viendo la Luz... Gracias Rama, gracias. Oh Señor... Está viendo la Luz.
-La luz -insistía el hombre-. La luz...
Al poco, uno de sus hijos acercó la oreja ante el rostro del padre a punto de fenecer; éste parecía señalar algo vivamente con los ojos.
-La luz -decía-, la luz..., que estáis gastando mucha luz."


Es tanta la carga mundana, el peso de lo material, que ni tan siquiera en los últimos instantes de la vida, el ser humano consigue desapegar sus pensamientos de todo ello.