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"De él no 'tenía' una imagen.
'Piensa' en lo más bello. Así era.
Su cara era como un cielo... y sus pisadas... de otro mundo.
Su altura era incalculable. Su rostro... aparentemente tan normal.
'Piensa' en algo bello, en algo sin limitaciones... Ese era él.
Cuando 'estabas' a su lado, estaba y no estaba. Es difícil de expresar... y es tan sencillo.
Un ser de este tipo lo 'reconoces' cuando ya no está a 'tu' lado, cuando sólo se siente un halo y un vacío. Con tales pistas, 'sabes' que estaba ahí y que era él. Lo más hermoso.
De él no se llegó a tener una imagen. Algunos buscan pistas en el espacio exterior, buscan naves, buscan seres... y estos seres andan buscando un ser como él, aquí, en todas partes.
¿Qué lo diferenciaba del resto? Quizá nada, pero todo.
Extraño destino el del hombre, hurgando y hurgando va descubriendo que los dioses están en él, y que su destino es transformarse en uno, ser uno, descubrir lo que en verdad es tras quitarse todos los velos.
Qué bello fue estar a su lado. Qué bello es mirarlo en el espejo.
"Dioses sois", alguien dijo; sabía muy bien de lo que hablaba."
(Braddha Bala)
