"Un nuevo bucle en el aire, un ensortijamiento casual, un rizo no premeditado... y el viajero mira desde la nube lo ausente, lo visual, lo aparente. Como un niño recostado en un jergón cómodo, observa las hormigas del suelo de la habitación, yendo, viniendo, interesándose por matices sólo importantes para ellas.
El niño mira, y suspira, y, junto al suspiro, deletrea unas palabras, confusas, raras, de otro planeta. Confuso todo él, extraordinario.
El niño vuela, se alza, sube a los árboles, planea, aterriza, baja al fondo de los mares, nada por la tierra deshecha, toda agua para él.
El niño juega, el niño canta, el niño brinca... porque las limitaciones son tan reales como quiera la imaginación; ahora sí, ahora no, y el universo se transforma en otra cosa, en lo que siempre fue: puro sueño."
(Braddha Bala)
El niño mira, y suspira, y, junto al suspiro, deletrea unas palabras, confusas, raras, de otro planeta. Confuso todo él, extraordinario.
El niño vuela, se alza, sube a los árboles, planea, aterriza, baja al fondo de los mares, nada por la tierra deshecha, toda agua para él.
El niño juega, el niño canta, el niño brinca... porque las limitaciones son tan reales como quiera la imaginación; ahora sí, ahora no, y el universo se transforma en otra cosa, en lo que siempre fue: puro sueño."
(Braddha Bala)