Una sonrisa.
Luego un amplio silencio llenando el paisaje.
Quiero tu luz.
Imperturbable en su semisonrisa.
Tu luz, maestro, desearía...
Tu luz, maestro.
Se giró simplemente y alzó los ojos.
¿Luz?
Sí, maestro, luz.
¿Acaso el visitante duerme? -preguntó.
¿Qué?
¿Duerme el visitante?
No, no duerme; está aquí, ante ti.
Una sonrisa.
Maestro..., tu luz.
El agua corre independientemente del día y la noche. Por la noche no se la ve correr... pero lo sigue haciendo, está ahí su rumor.
El agua está siempre presente, siempre corriendo... pero el visitante no la ve."
(Braddha Bala)